Hoy hemos tenido nuestra tertulia en la cafetería Oskar.
Sí, sí, esa que ¡todos conocemos! de haber pasado por delante y jamás haber entrado pensando que era un sitio para guiris.
Bueno todos ¡no!
Ahí estaba Ernesto para proponernos la tertulia en este sitio ¡curioso!, tal cual al más puro estilo americano con sus mesitas compartimentadas, para contextualizarnos con el libro.
Continuamos manteniendo ¡guión!, aunque esta vez tan solo teníamos un libro y en ¡inglés! con esa fotografía ¡a lo grande! de este escritor, actor, director tan ¡atractivo!, al puro estilo galán "hollywoodiense".
A medida que avanzábamos en nuestra tertulia empezamos a intuir que hemos leído libros ¡diferentes! y va a ser que sí. :-)
Uno es el propuesto por Ernesto "Cruzando el paraíso" ("Cruising Paradise") de 1997 y el otro, (¡equivocaciones!) "El gran sueño del paraíso" ("Great Dream of Heaven") del 2002.
Ha sido muy divertida esta equivocación y cada uno queremos leer ¡el otro! que no hemos leído.
Os paso link de la web de Sam Shepard donde viene toda su biografía y ¡producción!:
http://www.sam-shepard.com
Y he encontrado uno de los relatos del libro que yo leí ("El gran sueño del paraíso") que he copiado de otro blog (http://desconvencida.blogspot.com.es) y así podéis disfrutarlo los que no habéis podido leer ninguno de los dos libros o habéis leído "Cruzando el paraíso".
"Me la encuentro abajo, medio dormida en un sillón, mirando El tercer hombre.
Está acurrucada entre sus maravillosas caderas, unas caderas
impresionantes que nunca han dejado de provocarme. Deslizo mi mano por
su cintura. Ella dice:
- Hola cariño- con una voz nostálgica, de niña pequeña.
Me siento en su brazo del sillón y le acaricio el pelo decolorado.
-
¿Verdad que es una película fantástica?- dice, mientras miramos la
última escena en blanco y negro en la que Joseph Cotten adelanta a
Ingrid Bergman en la larga carretera rural y decide apearse de su Jeep y
esperarla.
- Mira cómo caen esas hojas falsas en primer plano -
digo. Me sale así-. Todos los árboles están desnudos pero siguen cayendo
hojas.
Ella hace ruido de asentimiento y entonces me siento
estúpido por haber roto el clima emocional de la película con un
comentario intelectualmente pobre. Ingrid Bergman sigue andando hacia la
cámara con el mismo paso seguro. Tiene un andar genial, lleno de fuerza
femenina:alta, erguida e independiente. Joseph Cotten enciende un
cigarrillo y espera. Hay algo arrogante en su espera, algo muy
masculino. Las hojas siguen cayendo en primer plano, justo delante del
objetivo. Empiezo a pensar en los factores ocultos en el rodaje de una
película. Los tíos del atrezzo subidos en largas escaleras junto a la
cámara, dejando caer hojas otoñales para que planeen de manera adecuada.
Las máquinas de viento. Alguien controlando la brisa. No sé cómo he
empezado a pensar en esto. Ya no me siento involucrado en la historia de
la película ni empatizo con los personajes. Ella la ha estado viendo
desde el principio,durmiéndose y despertándose. Ingrid Bergman se acerca
a Joseph Cotten y pasa de largo sin ni siquiera mirarle. Ella pasa
junto a la cámara sin variar el paso y desaparece, dejándole solo con su
cigarrillo. La arrogancia de él se esfuma. Mira el camino por el que
ella se ha alejado.
Hay
una sensación reconocible de pérdida y ansia en sus ojos, los ojos de
un perro de caza que parece que nunca duerme lo suficiente. De repente
estoy otra vez dentro de la película, sin saber muy bien cómo he sido
seducido. Me encuentro justo donde el director quiere que esté. La
música de una única cítara me ha cautivado. Creo que las hojas que caen
son reales. Sufro un cambio de estado de ánimo y me dejo arrastrar hasta
el abismo irreconciliable que separa hombres y mujeres. Me siento
afortunado por estar aquí con la persona que quiero, acariciándole el
pelo rubio decolorado. Aparecen los créditos.
- ¿Por qué Ingrid Bergman no se detiene cuando ve que él la está esperando? Es obvio que la está esperando - pregunto.
- No era Ingrid Bergman - dice ella.
- ¿No lo era? Era igual que ella.
- Bueno, pues no lo era.
- ¿Y quien era entonces? *
- Alguien que se parece mucho a Ingrid Bergman.
- ¿Pero no era ella?
- No.
- ¿Estás segura?
- Seguirísima.
- Bueno, ¿y por qué no se detiene?
- Le echa la culpa, supongo.
- ¿La culpa de qué?
- ¿No sabes la historia?
- Hace mucho tiempo que la vi. Creo que fue en los sesenta.
- Le culpa de la muerte de Orson Welles.
- Ah.
- ¿Te acuerdas?
- Sí - miento. No me acuerdo de nada excepto de la secuencia de una persecución en las cloacas de París. ¿Era París?.
- ¿No te acuerdas? Le tienden una trampa. ¿La vacuna?
- Ah, sí.- miento otra vez.
- ¿Todos aquellos niños que mueren por culpa de la vacuna falsa?
- Sí.
- Bueno, estoy muy cansada. Me voy a la cama. ¿Cerrarás tú aquí abajo?- dice.
- Claro- digo yo.
Sale
de la habitación, bostezando y estirándose. Aprieto el mando y la
televisión se apaga y se queda negra. Miro el camino por el que se ha
alejado. El cielo se ilumina con relámpagos intermitentes a través de
los grandes ventanales. Puedo ver el río tan claramente como si fuera de
día. Se oyen truenos a lo lejos, en el valle. Huele a lluvia y a
pescado. Los perros rascan la puerta delantera. Son cobardes cuando se
trata de truenos. ¿Cuánto hace que la besé por primera vez y quién
pretendía ser?. "
SAM SHEPARD.
Como colofón esa canción mixteca (de Ry Code) que hemos comentado que forma parte de la banda sonora del ¡peliculón "París, Texas" cuyo guión escribió este señor. Desarraigo...
¡Feliz semana!
¡Besos!
Beatriz
Somos un grupo de amig@s que nos hemos propuesto reunirnos en torno a la lectura y compartir, a través de reuniones y de este blog, nuestro gusto y sensibilidad por los libros y por la vida. Nuestro lema (y excusa): "¡Con muchos libros por delante!". Nuestra periodicidad de tertulias: el último domingo (To ostatnia niedziela) de cada mes.
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¿Era o no era Ingrid Bergman?
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